Una de cada seis parejas en España tiene problemas para conseguir el embarazo. Ante esta situación es habitual que acudan a un centro de reproducción asistida para evaluar las posibles causas de la infertilidad en la pareja y someterse a un tratamiento de reproducción asistida.

La Fecundación In Vitro (FIV) es la técnica de reproducción asistida más utilizada en España. Las probabilidades de éxito son variables, dependiendo de la edad de la mujer, posibles enfermedades y patologías que tenga la paciente, calidad y cantidad de los ovocitos, técnica empleada para la fecundación o número de embriones transferidos, pero se sitúan en una media en torno al 30-40%.

En ocasiones el éxito del embarazo no llega en el primer intento. La tasa de éxito global para lograr el embarazo aumenta repitiendo los intentos de Fecundación In Vitro, concentrándose la mayoría de las posibilidades de embarazo en los primeros tres ciclos de FIV. Esto no significa que la tasa de éxito de cada ciclo de FIV vaya aumentando con cada nuevo intento, sino que aumenta las posibilidades de embarazo acumuladas.

¿Cuándo se recomienda parar los ciclos de FIV?

No se ha demostrado científicamente que a partir de un número concreto de ciclos de FIV el tratamiento sea nocivo para la salud de la paciente. Pero si que existen limitaciones emocionales y económicas, que pueden aconsejar desistir en el tratamiento de Fecundación In Vitro.

La mayoría de las parejas que se encuentran en tratamiento de FIV, abandonan dicha técnica tras 2-3 ciclos sin resultados positivos. Si bien es cierto que someterse a un tratamiento de reproducción asistida supone una alta carga de estrés psicológico a la hora de hacer frente a un fracaso de un intento de FIV, los psicólogos especializados en reproducción asistida afirman que cuantos más fracasos ha tenido la pareja, más cerca se está del éxito.

En España el porcentaje de éxito acumulado de nacidos tras 3 intentos de FIV se sitúa alrededor del 80%. En parte esta alta tasa de éxito, superior a otros países, se debe a que generalmente los especialistas de reproducción asistida recomiendan un máximo de 3 intentos de FIV, lo que implica realizar pruebas diagnósticas previas más exhaustivas como la preparación del semen por la técnica MACS o el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para disponer de embriones libres de enfermedades genéticas, o técnicas de fecundación como la Inyección Intracitoplasmática (ICSI) que permite seleccionar los mejores espermatozoides y facilitar la fecundación del óvulo mediante una microinyección o el uso de ovocitos donados debidamente seleccionados según el perfil de la receptora.

Estas técnicas y análisis permiten diseñar un ciclo de FIV más personalizado para la paciente, logrando unas altas tasas de éxito. Aunque no es posible determinar el número límite de intentos de FIV ideal, la experiencia y consejo de los profesionales del centro serán fundamentales para tomar la mejor decisión de forma consensuada con las necesidades y expectativas de los pacientes.