La implantación es el momento en el que el embrión se adhiere al endometrio. Esto supone el inicio de la gestación, en el caso de que este desarrollo suceda sin complicaciones. Por norma general, suele pasar hacia el día 7, aunque puede ocurrir más tarde, después de la fecundación. Conociendo un poco sobre la implantación, a continuación os explicaremos qué es el sangrado de implantación y qué implica su aparición.

¿Qué es el sangrado de implantación?

El sangrado tras la implantación suele darse en las primeras semanas de gestación, ya que el útero está notablemente irrigado y puede sangrar con facilidad. En el momento en el que el embrión, se adhiere a la pared interna del útero, se rompen unas venas y arterias del endometrio que puede provocar el sangrado.

Esto no es debido a que el proceso sea «violento». El embrión necesita estar perfectamente conectado con el tejido del endometrio para un correcto intercambio de nutrientes en el delicado proceso de gestación que ocurrirá en los meses siguientes. El embrión rompe los capilares superficiales con el objetivo de formar algunos nuevos que lo unirán y servirán para alimentar la nueva vida a través de la futura placenta.

La sangre que se pierde durante este proceso es lo que calificamos como sangrado de implantación. Y por este motivo es diferente y podemos diferenciarla con la sangre menstrual, o sangrado menstrual. Aunque no es del todo indicativa, ya que el tejido del endometrio está muy irrigado (siempre) y las pérdidas podrían producirse por otras razones igualmente naturales.

Características del sangrado de implantación

• Textura: Más ligero que el sangrado de menstruación
• Color: Rojo oscuro casi marrón
• Duración: Variable, desde unas horas a un par de días
• Intensidad: Menor que el sangrado de regla
• Cantidad: Leve e intermitente

El sangrado de implantación es considerado uno de los signos de embarazo más fácil de detectar, pero se puede producir en 3 de cada 10 mujeres embarazadas. La cuestión es que este suceso no siempre ocurre asociado a la implantación propiamente dicha y, desde luego, no se asocia a ningún problema con el embarazo. Pero, ¿Cómo se diferencia un sangrado por implantación de la menstruación?

¿Cuál es el aspecto del sangrado?

Tal y como hemos mencionado, el sangrado ocurre entre seis y diez días después de la fecundación, el cual suele coincidir con la fecha prevista para la menstruación. Pero, para que sepáis diferenciarla de esta, el sangrado se identifica por ser, por norma general,  más ligero, con una textura más fina y con un color menos intenso. También suele ser más oscuro, puede ocurrir que tenga un color rojo vivo o rosado, aunque, de nuevo, más ligero que el de la menstruación.

El sangrado de implantación no tiene un patrón fijo, y puede ocurrir en un solo embarazo o en todos, indistintamente. El manchado puede coincidir con la fase lútea, el cual es de origen hormonal y no está directamente relacionado con la implantación, aunque es normal que se puede confundir con este.

Las pérdidas, fruto de la implantación embrionaria, pueden durar de uno a tres días, y la intensidad del sangrado es fácil de detectar ya que es menor que la de una menstruación normal, aunque es algo que puede variar dependiendo de cada caso. Pero no te preocupes, lo más común es poder diferenciarla sin problema.

¿Cómo diferenciar el sangrado de implantación de la menstruación?

El principal problema que confunde estos dos tipos de menorragia es su coincidencia en el tiempo. La principal diferencia se observa en la intensidad del manchado, que es mucho menor que el de la menstruación común. Además, la duración también es un signo de que estamos ante el sangrado de implantación.

El sangrado de implantación puede durar unas pocas horas e incluso prolongarse durante varios días como un manchado leve e intermitente, muy diferente al patrón regular de la menorrea. Junto al sangrado tras la implantación se puede apreciar un retraso menstrual posterior, similitud en cuanto a los dolores sufridos durante la menstruación, hinchazón de los senos, o, incluso, algunos desajustes leve como pueden ser náuseas, cansancio, etc.

¿Qué hago si ocurre este sangrado?

No existen razones para tomar medidas especiales, pero en el caso de tener dudas siempre se aconseja consultar con tu ginecólogo. El especialista será el indicado para confirmarte si se trata de un sangrado asociado a la implantación del embrión o no. Una vez identificado el ginecólogo te proporcionará con las pautas para proceder al respecto de la mejor manera posible y en el caso necesario.

Por lo general el sangrado tras la implantación no suele darse con más que ligeras molestias, en el peor de los casos, razón por la que no es necesario ningún tipo de atención adicional. No obstante realizar una valoración y asistencia adecuadas permitirá a los pacientes entender que este hecho es parte del proceso normal de embarazo.