Los estudios revelan que la dieta mediterránea, es beneficiosa durante los tratamientos de fertilidad. Una dieta rica en verduras frescas, frutas, granos, legumbres, pescado y aceite de oliva es el complemento perfecto durante el proceso.

¿Qué es la dieta mediterránea?

La dieta mediterránea sigue un patrón alimentario que se complementa con la práctica de ejercicio físico.

Los alimentos en los que se basa son propios de la agricultura local y pescados. Procura reducir el consumo de carnes e hidratos de carbono de tal manera que se consuman más alimentos vegetales y legumbres. La base de este tipo de dieta es el aceite de oliva.

El seguimiento de la dieta mediterránea, ayuda a controlar el peso e incrementar la sensación de bienestar físico, mejora el funcionamiento de diversos órganos, como el riñón y el corazón.

La indicaciones dicen que una o dos raciones por comida deben de ser integrales, esto es debido a que los nutrientes como el magnesio o fósforo y la fibra se pueden perder en el procesado. En cuanto a las verduras, deberían estar presentes tanto en la cena como en la comida y si alguna de ellas es cruda, mejor. El agua es muy importante, por ello debe se beber 2 o 3 litros diarios.

¿Cómo beneficia la dieta al tratamiento?

Se publicó un estudio en la revista Human Reproduction en el que la dieta mediterránea favorece a aquellas mujeres que se están sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida a quedarse embarazadas.

Se estudió a un total de 244 mujeres comprendidas entre los 22 y 41 años. Primero se les hizo una pequeña entrevista en la que analizaron cómo era su alimentación seis mentes antes de realizarse el tratamiento. Así fue como se descubrió que la dieta mediterránea era beneficiosa.
Las mujeres que seguían en mayor o menor medida esta alimentación antes y durante el tratamiento, tuvieron más facilidad a la hora de que saliera todo bien en el primer intento.

Gozar de una buena salud aumenta las posibilidades de concebir un hijo. Esta dieta cuenta con los nutrientes necesarios para poder contar con esta salud. Es por ello que supone una ayuda.

La dieta mediterránea es baja en grasas saturadas, sin embargo es rica en ácido oleico, omega 6 y 3, en hidratos de carbono procedentes de cereales, en fibra, vitaminas, minerales y otros antioxidantes presentes en las verduras, frutos secos, verduras y legumbres. A esto se suma sus sencillas técnicas culinarias sencillas, entre las que destaca el hervido y los asados con aceite de oliva.

Como conclusión las mujeres que están sometiéndose a un tratamiento de fertilidad deben seguir una dieta saludable ya que aumenta las probabilidades de embarazo. La dieta mediterránea es una buena opción.