Los motivos por los que una persona acude a una clínica de reproducción asistida pueden ser variados, sin embargo, en ese momento todas han llegado a la conclusión de que necesitan ayuda médica. Esta experiencia, en mayor o menor medida, genera inquietudes y puede ser una fuente de estrés.

Por ello, el tratamiento médico de fertilidad debe incluir el cuidado de las emociones y sentimientos. La Unidad VITA-Medicina Reproductiva, al encontrarse inmersa en el entorno hospitalario de IMED HOSPITALES, ofrece un cuidado integral del paciente para que sentimientos como el estrés, la ansiedad o la depresión no interfieran en el proceso propio del tratamiento de fertilidad.

La implicación emocional en un proyecto de reproducción asistida es necesaria. Se trata de un proyecto íntimo, el proyecto de tu vida, individual y de pareja, que bien a solas o con ayuda del equipo de psicología de la clínica, debería vivirse de la forma más agradable y serena posible.

Emociones a las que enfrentarse durante el proceso

Algunas reacciones ante el problema de infertilidad o durante el tratamiento de Reproducción Asistida más comunes son:

  • Shock emocional. Cuando las parejas son diagnosticadas de infertilidad se suele producir “una parada” o decrecimiento. A continuación, normalmente, comienza una etapa de negación, “no es posible que esto nos pase a nosotros, habrá un error”…Son reacciones absolutamente normales y cada persona necesita un tiempo diferente para asumirlo.
  • Aislamiento social y personal. Con frecuencia, las parejas rehúyen reuniones familiares o con amigos por motivos tales como “resulta difícil asumir delante de otros la explicación de un problema tan íntimo”, también porque suelen tener hijos y esto les afecta emocionalmente.
  • La culpa, especialmente por quitarle al otro la posibilidad de tener hijos. Otras veces porque te culpas de anteriores comportamientos que han podido ser la causa de los problemas de infertilidad. Realmente es complicado, pero debes gestionar las emociones para que con una actitud positiva y activa busques soluciones que te ayuden a superar este ciclo.
  • Rabia y depresión. Algunas mujeres y hombres pueden llegar a experimentar resentimiento contra otras parejas con hijos o mujeres embarazadas. Son normales, pero de ningún modo debes dejar que la rabia se acumule y te conduzca a una depresión. La depresión puede presentarse también en pacientes que se sientan desbordados por los problemas propios del tratamiento y no cuentan con un entorno en el que poder expresarse y sentirse apoyados.
  • Ausencia de otros proyectos. “Nada tiene sentido en mi vida si no tengo un hijo”, es una frase recurrente en muchos pacientes. Lo ideal sería no ver el tratamiento como la única opción para ser feliz. Aceptar es un acto de valentía, difícil de sobrellevar pero que nos ayuda a controlar nuestra frustración, nuestro dolor.
  • Dificultades en la relación de pareja. Las decepciones y el nerviosismo propio de la espera durante un tratamiento de reproducción asistida, a veces pueden ser una carga en la rutina diaria dificultando, incluso, la comunicación y la vida sexual de la pareja. Es fundamental el diálogo permanente y la expresión, por parte de cada miembro de la pareja, de sus emociones.

No dude en solicitar apoyo psicológico para transitar por este gigantesco bucle emocional que supone el someterse a un tratamiento de reproducción asistida. El objetivo primordial de cualquier consejo y apoyo psicológico es el de asegurar que los pacientes comprenden las diferentes alternativas de tratamiento con las que cuentan, las implicaciones que suponen cada una de ellas, así como recibir suficiente apoyo emocional para vivir de forma saludable y serena todo el proceso.

Y recuerda, ya son miles y miles de parejas las que han pasado por situaciones similares, las han superado y han logrado su sueño: ser padres.