Toni y Zoraida son de Novelda y, como muchas otras parejas, llevaban tiempo soñando con formar una familia. A principios de año decidieron dar un paso importante: iniciar un tratamiento de reproducción asistida. Hoy, apenas tres meses después del nacimiento de su hijo, hablan de su experiencia con emoción, sinceridad y un mensaje claro para quienes están atravesando el mismo camino.

“Ahora la miramos y no nos lo creemos. Estamos felices”, cuentan.

El día que todo cambió

Describen el momento en el que supieron que el embarazo había llegado como inolvidable: “Para mí fue un sueño. Solo lloraba de alegría”, recuerda Zoraida. “Felicidad máxima”, añade Toni.


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Un proceso duro, pero lleno de acompañamiento

Zoraida se sometió a un tratamiento de Fecundación In Vitro (FIV). Un proceso largo, con momentos de altibajos físicos y emocionales. “Es duro, muy duro. Las hormonas, los pinchazos… en nuestro caso fueron seis meses de tratamiento. No es un camino fácil y no hay que idealizarlo”, explica con honestidad.

Aun así, ambos destacan la importancia de la mentalidad y del apoyo recibido durante todo el proceso: “La fuerza para seguir adelante me la daba pensar que al final tendría a mi bebé. No es para siempre”, afirma ella.

Elegir VITA: “Fue como entrar en casa”

Antes de comenzar, la pareja valoró otras opciones, incluso fuera de España, pero la primera visita en VITA lo cambió todo. “Desde la primera consulta nos resultó todo tan familiar y acogedor que dijimos: es aquí”, recuerdan.

La claridad, la cercanía y la forma de explicar cada paso marcaron la diferencia: “Salimos convencidos de que sabíamos a qué veníamos, con toda la información clara. Fue como una conversación entre amigos”, explican.

Más que un equipo médico, una familia

Si hay algo que Toni y Zoraida repiten una y otra vez es el trato recibido por el equipo de VITA.

“Fue espectacular. Nos sentimos como en familia desde el primer momento. Fuimos muchas veces, hicimos mil preguntas, y nunca hubo una mala palabra”, cuentan.

Uno de los recuerdos más emocionantes llegó justo antes del nacimiento, cuando surgió una complicación. “Recuerdo a Sergio Rogel venir directamente y darme un abrazo. Ese gesto me dio la certeza de que todo iba a salir bien”, recuerda Toni todavía emocionado.

 

Cuando el sueño se cumple

Hoy, con su hijo Aritz en brazos, todo cobra sentido. “Para mí es un logro. Un sueño que parecía imposible”, afirma Zoraida.

“Cuando algo lo deseas de verdad, no te lo piensas. El premio estaba claro”, añade Toni. Ambos reconocen que miedo y momentos de mucha impotencia, pero también aprendizaje y fortaleza.

Un mensaje para quienes aún dudan

Si tuvieran que dirigirse a alguien que está pasando por lo mismo y no se atreve a dar el paso, lo tienen claro: “Que sea valiente. Que tire para adelante. Si no lo intentas, te quedas siempre con el ‘no’”, dicen.

“Habrá momentos difíciles, pero más vale intentarlo que arrepentirse toda la vida”, concluyen.

Hoy, Toni y Zoraida miran a su hijo dormida y saben que cada esfuerzo valió la pena. Su historia es la prueba de que, con acompañamiento, información y apoyo, los sueños también pueden hacerse realidad.

Fecundación In Vitro

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