España encabeza el grupo de países con más tratamientos de reproducción asistida, sólo por detrás de Francia y Alemania. Se estima que aproximadamente un millón de personas tiene algún tipo de problema para tener hijos en nuestro país, buscando solución en estos tratamientos. Muchos de estos pacientes acuden a una clínica de fertilidad con cierta inquietud y angustia.

Te explicamos cómo sería la primera visita en la clínica de fertilidad para acudir sin esas preocupaciones. En los centros VITA esta primera consulta es completamente gratuita. El hecho de estar dentro de un entorno hospitalario supone una gran ventaja para los pacientes, ya que afrontarán el tratamiento con toda la seguridad necesaria.

En esta primera visita a una clínica de fertilidad tendremos una primera toma de contacto, con el objetivo de buscar información y resolver alguna duda acerca de la fertilidad, para finalmente tener un primer diagnóstico. El primer paso será realizar un pequeño informe médico de ambos miembros de la pareja. El especialista en reproducción asistida tendrá una pequeña entrevista con la pareja para conocer más datos sobre su historial médico y sus hábitos de salud. Si la pareja ya tenía algún estudio previo o se había sometido a algún tratamiento de reproducción asistida con anterioridad, los informes de dichas pruebas deben ser aportadas en esta primera cita.

Se preguntará por la edad de los pacientes, un factor importantísimo para valorar qué tratamiento de reproducción asistida puede ser el más idóneo. A partir de los 30 años la fertilidad de la mujer disminuye progresivamente, siendo a partir de los 35 años cuando la fertilidad baja drásticamente hasta llegar a la menopausia, siendo más difícil conseguir el embarazo por métodos naturales.

En esta primera visita, el especialista necesitará conocer el historial ginecológico de la mujer (la edad de la primera regla, si éstas son regulares o producen algún tipo de dolor, si ha habido abortos o embarazos previos, si se produce dolor en las relaciones sexuales, etc.), que se complementará con un reconocimiento ginecológico y una ecografía transvaginal. También se realizará una serie de preguntas al hombre para valorar un posible problemas de fertilidad masculino (problemas de erección o eyaculación, exposición a tóxicos o altas temperaturas que puedan afectar a la capacidad reproductiva, etc.).

También demos conocer los antecedentes familiares de ambos miembros de la pareja para conocer si existen casos parecidos de infertilidad en la familia o si existen enfermedades hereditarias que puedan comprometer la salud tanto del paciente como del futuro bebé.

Por último, se preguntará sobre los hábitos alimenticios y el estilo de vida de la pareja. En esta primera visita el especialista en medicina reproductiva ya puede tener una idea sobre todas aquellas enfermedades o alteraciones que pudieran influir en la dificultad para lograr el embarazo. La pareja puede tener una valoración aproximada de la causa de su infertilidad y el tratamiento de reproducción asistida más adecuado para su caso, junto con el presupuesto final del tratamiento. Pero para poder realizar un diagnóstico más preciso, se necesitarán realizar algunas pruebas de fertilidad adicionales.

La ecografía transvaginal

Después de esta primera visita orientativa a la clínica de fertilidad, se puede optar por realizar un ecografía transvaginal para poder observar la matriz de la mujer y valorar el estado del útero, los ovarios, las trompas, la presencia de miomas uterinos, endometriosis, hidrosalpinx u otras posibles alteraciones que puedan dificultar el embarazo. Además, mediante esta ecografía transvaginal se puede estimar la reserva ovárica de la mujer y determinar la capacidad de respuesta de los ovarios a un tratamiento de reproducción asistida.

Muestra de semen

Si hay indicios de un problema de fertilidad en el hombre, se puede solicitar un análisis de una muestra de semen, también conocido como seminograma o espermiograma y así poder valorar si es normal o necesita algún tipo de ayuda para lograr la gestación. Consiste en analizar una muestra de semen en el laboratorio para estudiar la cantidad de espermatozoides, su movilidad, morfología y vitalidad, así como la viscosidad y licuefacción del semen.

Otras pruebas de fertilidad adicionales

Con estos datos se decidirá si son necesarias otras pruebas de fertilidad. El especialista podrá solicitar un análisis de sangre para descartar enfermedades infecciosas, una analítica hormonal, un estudio de la hormona antimulleriana, el análisis del cariotipo o posibles estudios adicionales en relación con la historia personal o familiar de cada pareja.

Valoración de resultados

Una vez realizados todos los estudios, que se podrán realizar en esa primera visita, el especialista valorará los resultados de estas pruebas. Se explicará la técnica de reproducción asistida más adecuada en cada caso, las posibilidades de quedarse embarazada y las fases del tratamiento. También es posible que después de valorar los resultados, el especialista recomiende algunas pruebas complementarias. Una vez que todas las pruebas estén valoradas, se podrá iniciar el tratamiento de reproducción asistida.