Hoy día es habitual posponer la maternidad hasta bien pasados los 30 años. Con la incorporación de la mujer al mundo laboral así como la dificultad en alcanzar estabilidad económica y encontrar pareja estable, son cada vez más las mujeres que deciden ser madres a una edad avanzada.

Cabe recordar que la media de edad para tener hijos en España es a los 31,8 años, según datos del INE. Una edad superior a la de otros países de la Unión Europea. Esta edad ha ido aumentando progresivamente (en los años 70 la edad media era de 26 años), y debido al actual ritmo de vida, es habitual que las mujeres retrasen la maternidad cada vez más.

La edad en la que las mujeres alcanzan su plenitud fértil es desde los 22 a los 30 años, donde las mujeres de esa edad aún no deberían tener problemas para quedarse embarazadas. Las probabilidades de embarazo son de entre 20% y 24% por cada ciclo menstrual manteniendo relaciones sexuales sin protección. Si una pareja lleva más de 18 meses buscando el embarazo sin conseguirlo, se debe consultar a un especialista en medicina reproductiva para valorar las causas de dichos problemas.

Entre los 30 y 35 años, aunque ya ha pasado la plenitud fértil de la mujer, aún no se suelen tener grandes problemas para conseguir el embarazo. Las probabilidades de embarazo son de entre 15% y 20% por cada ciclo. Si la pareja lleva más de 12 meses buscando el embarazo sin conseguirlo, es posible que exista algún problema de fertilidad.

Entre los 35 y 40 años la calidad y cantidad de los óvulos se reduce considerablemente y las probabilidades de quedarse embaraza decrecen rápidamente, cayendo hasta un 5% la probabilidades de quedarse embarazada cuando se alcanzan los 40 años. En el caso de conseguirlo, existe cierto riesgo de que los cromosomas del embrión sufran algún tipo de alteración. Esto se traduce en mayores probabilidades de sufrir un aborto o tener bebés con alguna alteración cromosómica como el Síndrome de Down.

A partir de los 40 años, la fertilidad decrece dramáticamente. La reserva de óvulos se reduce notablemente, hasta el punto que las probabilidades de embarazo de forma natural son bajísimas, menos del 5%. Además, se acrecientan los riesgos de sufrir alteraciones cromosómicas en los embriones. En estas edades, los tratamientos de fertilidad asistida son el mejor aliado.

A partir de los 45 años, se estima que la reserva ovárica de la mujer está prácticamente agotada, aunque la menopausia todavía puede tardar algunos años en aparecer. La edad media de la menopausia se sitúa en los 51 años, donde ya los ovarios de una mujer dejan de producir óvulos y por tanto no es posible quedarse embarazada. Pero este proceso se inicia con un periodo de transición unos años antes de la última menstruación, donde sí que existe un mínimo de reserva ovárica.

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Tratamientos de fertilidad para mujeres en edad avanzada

Además de tener presente algunos tratamientos de reproducción asistida como la fecundación in vitro con donación de óvulos, muy recomendable en mujeres de edad avanzada o con problemas de fertilidad, existen programas de preservación de la maternidad para aquellas mujeres jóvenes que saben que retrasarán su maternidad.

¿En qué consiste preservar la fertilidad? Se trata de una técnica muy sencilla que consiste en congelar óvulos de la mujer mediante vitrificación, para que pueda retrasar la maternidad hasta cuando considere oportuno. La vitrificación es un proceso de congelación ultra-rápida que permite conservar la calidad y características del óvulo en ese momento. Cuando la mujer desee el embarazo, se procede a descongelar estos óvulos e inseminarlos mediante ICSI con semen de su pareja (o de un donante anónimo). Posteriormente los embriones con mejores características son transferidos al útero de la mujer. De este modo se asegura el embarazo con óvulos propios en el momento deseado.

Otra técnica de interés para mujeres en edad avanzada es el Diagnóstico Genético Preimplantacional. Se trata de un test para detectar posibles anomalías genéticas y cromosómicas en los embriones, para poder seleccionar los que sean sanos. Esta técnica es recomendable en mujeres de edad avanzada, pasados los 40 años, que tienen muchas posibilidades de tener óvulos con alteración de cromosomas.