La definición de fallo de implantación es muy importante de entender, se trata de la ausencia de gestación tras tres ciclos de fecundación in vitro o tras una transferencia de entre 6 a 10 embriones de buena calidad sin obtenerse la gestación, o embarazo. Hay que destacar que se considera fallo de implantación cuando se tienen en cuenta un número alto de intentos realizados.

Pero, ¿sabes qué es la implantación? Consiste en el proceso en el que un embrión en desarrollo, el cual se desplaza como un blastocisto a través del útero, entra en contacto con la pared uterina y queda adherido a ella hasta el nacimiento. El revestimiento del útero (endometrio) se prepara para que el blastocisto en desarrollo se adhiera a él a través de muchos cambios internos.

En el caso de que el óvulo no se fertilice, o no se implante, el mismo el cuerpo de la mujer se encarga de expulsar el óvulo y el endometrio. Esta muda es la que causa el sangrado en el período menstrual de la mujer. Pero, al implantar un óvulo fertilizado, en el útero se empieza a producir una hormona llamada gonadotropina coriónica humana.

La betaespera, período de 2 semanas desde la transferencia de un embrión hasta el momento en que puede realizarse una prueba de embarazo, en ocasiones se puede volver una eternidad. Y es que el test de embarazo es la única forma de conocer el éxito de la implantación. Ya que, debido a que el estrógeno y la progesterona que se suele administrar antes de la transferencia de embriones, y la progesterona que se toma después de la transferencia, imitan la hinchazón, el dolor en los senos y otros síntomas que pueden dar a pensar que se está embarazada.

¿Cuáles son las causas del fallo de implantación?

¿Por qué hay fallo de implantación? Es una de las preguntas más realizadas por las mujeres y parejas que buscan el embarazo.  Las causas del fracaso de la implantación son diversas, pero se deben a diferentes factores maternos: anomalías uterinas, alteraciones hormonales o metabólicas, infecciones, factores inmunológicos, trombofilias y otros menos frecuentes.

Estas son las principales causas por las que se produce el fallo de implantación:

  • La calidad de los gametos masculinos y femeninos no es la adecuada.
  • La calidad embrionaria es baja.
  • El endometrio no ha sido receptivo.
  • El momento de la transferencia no ha sido el adecuado.
  • No ha habido una correcta unión entre el endometrio y el embrión.
  • No ha habido una conexión con la fase lútea: se produce un problema en esta fase o bien la transferencia no se ha dado en este momento, cuando el cuerpo se prepara para un posible embarazo y hay más posibilidades de que la implantación sea exitosa.

Pruebas para el fallo de implantación

Las pruebas que se realizan para poder determinar si existe un fallo de implantación son:

  • Prueba que determina el cariotipo de los padres: En esta prueba se examina el tamaño, la forma y el número de cromosomas de las células que contienen los genes. Gracias a esta prueba se consigue averiguar si un defecto cromosomático está afectando a la fecundación.
  • Histeroscopia, (histerosalpingografía) para estudiar la receptividad endometrial: Para esta prueba se realiza una biopsia endometrial, en la que se extrae un pedazo de tejido del útero para examinarlo. A través de esta muestra determinaremos el momento en el endometrio está más receptivo
  • Estudios de la coagulación y de la tiroides: Un problema de coagulación en la sangre puede ser motivo de que haya ocurrido un fallo de implantación. Las alteraciones en la coagulación se asocian habitualmente a los abortos repetidos o al desprendimiento de la placenta.
  • Test de inmunomodulación para verificar que no existe un rechazo inmunológico del embrión: En caso de que las anteriores pruebas descarten otros problemas, se comienza a analizar la posibilidad de que se trate de un factor inmunológico de la paciente.