Muchas son las parejas que desconocen que sufren algún tipo de problema de infertilidad cuando comienzan a buscar el embarazo. Y es que a veces no es tan sencillo. Un 10% de las parejas tiene algún tipo de dificultad para quedarse embarazada. La infertilidad se define como la incapacidad de una pareja aparentemente sana de concebir después de un año de relaciones sexuales sin protección (o 6 meses si tienes más de 35 años). En estas situaciones se debe pedir ayuda a un especialista en reproducción asistida.

Pero la inseguridad e incertidumbre en conseguir el ansiado embarazo suele comenzar antes. Una montaña rusa de emociones (esperanza, ilusión, tristeza, ansiedad, incertidumbre, etc.) donde nuestro entorno puede caer en comentarios desafortunados, con la mejor intención, pero inadecuados y dolorosos.

Algunos comentarios que se deben evitar son:

“¿Para cuándo un nieto o sobrino? ¡Que se te va a pasar el arroz!”

Sin lugar a dudas, un comentario habitual y generalmente egoísta, donde el círculo familiar, sin conocer si la pareja tiene problemas para concebir (a veces por motivos económicos), o incluso no se plantea tener hijos, se entromete en los planes de la pareja.

“Para quedarte embarazada lo que tienes que hacer es relajarte”

La infertilidad suele tener un origen biológico. Algunas causas de infertilidad habituales en la mujer son las trompas de Falopio bloqueadas, endometriosis, problemas de ovulación, anomalías uterinas y cervicales o el síndrome del ovario poliquístico. En el hombre los problemas de infertilidad suelen estar relacionados con una mala calidad del esperma, alteraciones en la producción de semen o una obstrucción en los conductos. Pero, sin embargo, son muchas las personas que reducen la infertilidad a un problema de actitud que se soluciona simplemente con unas vacaciones.

“¿De quién es la culpa de que no consigáis el embarazo?”

Cuando una pareja decide dar el paso de buscar una solución a sus problemas de infertilidad y decide contárselo a su entorno suele ser un momento incómodo. A nadie le gusta hablar con los padres y amigos de problemas para concebir, ciclos menstruales, esperma o coitos programados. Y cuando aparece la cuestión de “la culpa” la situación se vuelve desagradable. La respuesta es sencilla: la culpa no es de nadie. No debe existir sentimiento de culpabilidad, simplemente dificultades para concebir que afectan a la pareja.

“No pasa nada, siempre podéis adoptar”

La adopción es una alternativa perfectamente válida para parejas con problemas de fertilidad, pero requiere comenzar un nuevo camino tan duro y largo como el propio problema de infertilidad. En España, la media para conseguir una adopción nacional es de 9 años, que puede reducirse a 2-3 años en los casos de adopciones internacionales. Requiere conseguir un certificado de idoneidad otorgando tras una evaluación de la pareja, donde cabe la posibilidad que la institución que gestiona el proceso de adopción la deniegue. Los costes económicos también suelen ser altos, dependiendo del país y rondando los 20.000€ de media. Requiere que la pareja se encuentre realmente preparada para afrontar los retos que supone una adopción.

“No te preocupes, en un año seguro que estás embarazada”

Un comentario lleno de optimismo, pero que a veces juega con las expectativas de la pareja. Lo mejor siempre será acudir a un especialista en medicina reproductiva para que pueda informar con rigor médico del problema de infertilidad que se sufre, las posibilidades de embarazo, y los posibles tratamientos de reproducción asistida para afrontar el problema.

“Siento no haberte dicho que estoy embaraza, no quería hacerte daño”

Muchas personas sienten cierto temor en comunicar un embarazo a parejas que tienen problemas para conseguirlo. Pero lo cierto es que las dificultades para conseguir el embarazo no deben ser motivo para no alegrase por la felicidad de otras parejas que si lo han conseguido.

“Aún sois jóvenes, tenéis tiempo de sobra”

La fertilidad tiene una relación muy directa con la edad, pero se ve agravada por problemas médicos como la endometriosis, una baja reserva ovárica o una mala calidad del esperma. La edad no siempre es sinónimo de éxito en el embarazo, aunque es cierto que las probabilidades de conseguir el embarazo por causas naturales disminuye con la edad, especialmente pasados los 35 años, y drásticamente pasados los 40 años. De igual modo, un tratamiento de fertilidad como la fecundación in vitro, obtiene mejores resultados cuanto más joven sea la mujer, aunque tratamientos como la ovodonación suelen ser muy efectivos para mujeres por encima de los 40 años.

“Si quieres tener hijos te regalo los míos que son una pesadilla!”

Desde luego un comentario ofensivo que trata de minimizar el problema de fertilidad enumerando las dificultades que cualquier pareja afronta al criar a sus hijos: falta de sueño, llantos, pataletas, responsabilidades, etc., pero estos inconvenientes no deben desanimar a ninguna pareja a tener hijos.

 

La infertilidad es un reto para cualquier pareja y también para su entorno. Es un problema que debe hablarse con la familia y amigos, pero respetando la intimidad y las decisiones de la pareja. Comprensión y cariño son ingredientes importantes para conseguir el embarazo (ya sea de forma natural o mediante un tratamiento de reproducción asistida) o bien afrontar y decidir no tener hijos sin un gran impacto emocional.