Uno de cada diez recién nacidos en España es concebido mediante algún tipo de ayuda médica. Esto significa que cerca de un millón de parejas en nuestro país tienen problemas de infertilidad. En más del 40% de los casos los problemas de la pareja para quedar embarazada vienen motivados por la infertilidad en el varón que presenta una mala calidad del semen, una patología que cada vez tiene mayor incidencia en nuestro país.

Pruebas de fertilidad masculina

En muchas clínicas, la mayor parte de las pruebas se realizan a la mujer, mientras que el tratamiento del factor masculino se limita a un análisis del semen y a hacer que los espermatozoides fecunden realizando una u otra técnica de reproducción asistida, pero sin saber cuál es la causa de que el semen esté alterado.

El varón debe ser estudiado y tratado exactamente igual que se hace con su pareja ya que la mala calidad del semen puede estar ocasionada por una enfermedad general que puede derivar a consecuencias más graves como alteraciones endocrinas, genéticas, neoplasias, etc. y que no puede ser tratada si no es estudiada, y porque si conocemos cuál es la causa de la mala calidad seminal podremos en muchas ocasiones aplicar un tratamiento específico para solucionarla y evitar recurrir a técnicas más complejas de reproducción asistida.

El diagnóstico del factor masculino es muy sencillo para el paciente ya que en la mayoría de los casos se limita al estudio de la calidad del semen, una ecografía genital y a una toma de sangre para la valoración hormonal y genética. Según los resultados de las pruebas sabremos si hay que realizar alguna prueba complementaria para descartar el riesgo de alguna enfermedad genética y sobre todo qué tratamiento será el más adecuado.

En este sentido, el estudio del DNA del semen, aumenta el éxito en los tratamientos de reproducción asistida ya que detecta el porcentaje de espermatozoides que tienen un fallo en la integridad de su DNA, factor que disminuye el potencial reproductivo del semen. Cada vez son más frecuentes los casos en los que los hombres presentan una alteración genética en el DNA de sus espermatozoides, lo que provoca fallos en los tratamientos de reproducción asistida e incluso abortos de repetición.

Análisis de semen

Por todo ello, se debe realizar una valoración clínica a los hombres y no limitarse sólo a un análisis del semen ya que la muestra puede presentar un semen aparentemente normal y sin embargo tener un alto porcentaje de espermatozoides con DNA alterado. Asimismo y para concienciar de la importancia del factor varón en la infertilidad se aconseja la realización de un análisis de semen en los hombres entre los 15 y 35 años dado que una baja calidad y sobre todo una baja cantidad de espermatozoides puede estar relacionada con una mayor dificultad para tener hijos, pero también con un mayor riesgo de presentar alguna enfermedad grave como es el cáncer de testículo. Un diagnóstico precoz y un tratamiento específico podría evitar importantes secuelas clínicas.